Damos un gran valor a la cobertura de las necesidades emocionales y, por tanto, los conceptos de vínculo afectivo y apego se vuelven esenciales en el proyecto. Esto se ve reflejado, por ejemplo, en los períodos de adaptación o en los horarios de entrada y salida, que responden a las necesidades de cada una.
Generamos un ambiente seguro donde cada una tenga cubiertas sus necesidades y pueda dedicarse a la tarea de crecer. Para ello establecemos vínculos de apego fuertes y sanos, hacemos que se sienta reconocida y valorada como persona única que es y respetamos por encima de todo sus emociones y la expresión de estas.
Desaceleramos y disfrutamos de un ambiente calmado, ¡no tenemos que llegar corriendo a ningún sitio! No tenemos que cumplir una jornada puntualmente programada, así que los horarios no suponen más inflexibilidad que propuesta. A través de la observación nos damos tiempo para hablar, para escuchar, para esperar, para resolver los conflictos con calma y ofrecer alternativas. Con tiempo para observar podemos saber qué está ocurriendo en cada niña para poder acompañarla en su crecimiento. Ponemos en práctica la empatía y la escucha activa con todos nuestros sentidos. Les miramos en su desarrollo y en todas las nuevas habilidades que van conquistando, y les animamos a que las pongan en práctica.